¿Alguna vez te has preguntado cómo afecta el riego a tus plantas de marihuana? ¿Es posible que el estrés por riego pueda ser tanto beneficioso como perjudicial para su crecimiento y producción? La respuesta es un rotundo sí. El agua es un elemento vital para la vida de las plantas, pero su manejo puede ser un arma de doble filo. En nuestro grow shop online hablamos sobre el tema.
Las plantas de marihuana requieren agua para su supervivencia y desarrollo. El agua no solo es esencial para la producción de glucosa que alimenta la fotosíntesis, sino que también contribuye a mantener la estructura interna de las plantas. Sin embargo, un riego insuficiente puede llevar a un crecimiento atrofiado, marchitamiento de las hojas y, en última instancia, a la muerte de la planta.
Por otro lado, un riego excesivo puede ser igualmente dañino, si no más, para la salud de la planta. Un exceso de agua en el sustrato puede interrumpir la absorción de nutrientes, atrofiar el crecimiento de la planta y exponerla a patógenos como hongos, bacterias y plagas.
En EUROGROW, nuestra recomendación es siempre errar por el lado de la precaución y regar moderadamente, especialmente si eres un cultivador principiante.
Para obtener los mejores resultados, es importante prestar atención al suelo de la planta y permitir que los primeros centímetros de la superficie se sequen completamente antes de regar de nuevo.
Pero cuidado, dejar que la tierra se seque completamente puede causar un estrés perjudicial que puede bloquear el crecimiento de la planta.
El estrés por riego como aliado: Estrés beneficioso
Por otro lado, existen formas de estrés por riego que pueden ser beneficiosas para la planta de marihuana.
Algunos cultivadores optan por simular condiciones de pseudo-sequía, creyendo que un riego limitado puede ayudar a prevenir patógenos y estimular a las plantas a producir más cannabinoides y resina.
Otra técnica de estrés por riego que algunos cultivadores utilizan es el ""shock frío"". Este método consiste en enjuagar las plantas con agua fría durante el final de la floración, justo antes de la cosecha.
La teoría detrás de este método es que el estrés leve causado a las raíces con agua fría estimula a las plantas a producir más tricomas/resina en la última etapa de su ciclo de vida.
Estrés a las raíces: perjudicial
Las raíces de las plantas de marihuana son el corazón de su sistema de vida. Un sistema radicular saludable es esencial para un crecimiento y floración óptimos. Por lo tanto, es crucial minimizar el estrés en esta área vital de la planta de marihuana, especialmente durante las primeras etapas de crecimiento.
Algunos de los estresantes más comunes para las raíces de la marihuana incluyen:
Riego excesivo o insuficiente
Temperaturas extremas o cambios bruscos de temperatura
Sobre-fertilización (quemaduras de nutrientes)
Niveles inadecuados de pH en el suelo
Raíces enredadas
Fusarium, Pythium y otros hongos que causan la pudrición de las raíces
Para evitar el estrés en las raíces, es importante considerar los siguientes factores:
Oxígeno: Las raíces necesitan oxígeno para producir ATP, una molécula que ayuda a transportar energía a través de la planta. El oxígeno también ayuda a prevenir el crecimiento de patógenos en el sistema radicular.
Temperatura adecuada: Las raíces de la marihuana prosperan a una temperatura de alrededor de 24°C en el suelo y entre 19 y 25°C en hidroponía. A estas temperaturas, la respiración de las raíces y la absorción de nutrientes son más eficientes.
Riego y fertilización adecuados: A medida que las raíces crecen, necesitan un riego y una fertilización constantes para un desarrollo saludable de la planta. A medida que el sistema radicular se expande, es importante seguir los programas de riego y fertilización para proporcionar suficiente agua y nutrientes y promover un crecimiento robusto, sin exceso de fertilizantes ni de riego.
Tamaño de maceta adecuado: Si decides cultivar en macetas, debes asegurarte de que cada planta tenga suficiente espacio para extender sus raíces. Si la maceta es demasiado pequeña, las raíces pueden enredarse rápidamente, lo que puede causar otros problemas y generalmente detiene el desarrollo de la planta. Por lo tanto, comienza con una maceta lo suficientemente grande para todo el ciclo de vida, o trasplanta cuando sea necesario para que la parte subterránea de las plantas tenga suficiente espacio para respirar.
Estrés lumínico: beneficioso y perjudicial
La luz juega un papel crucial en el crecimiento de las plantas de marihuana, siendo la principal fuente de energía para la fotosíntesis. Sin embargo, al igual que con el riego, el manejo de la luz puede ser un arma de doble filo, pudiendo ser tanto un aliado como un enemigo para tus plantas.
Las plantas de marihuana necesitan un mínimo de 6 horas de luz solar directa al día para realizar la fotosíntesis correctamente. En interiores, los cultivadores suelen proporcionar a sus plantas 18 horas de luz durante la fase de crecimiento vegetativo, seguidas de 6 horas de oscuridad ininterrumpida. Cuando llega el momento de la floración, el ciclo de luz se cambia a 12/12.
El estrés lumínico es uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan los cultivadores, especialmente los principiantes.
La principal forma de estrés lumínico perjudicial es la quemadura por luces, que ocurre cuando las luces de cultivo se calientan demasiado o se colocan demasiado cerca de las plantas.
Este tipo de estrés es muy dañino para las plantas y debe evitarse a toda costa.
El estrés lumínico como aliado: Estrés beneficioso
A pesar de los peligros de la quemadura por luces, existen formas de estrés lumínico que pueden ser beneficiosas para las plantas de marihuana.
Por ejemplo, algunos cultivadores experimentan con la temperatura de color/espectro de luz de las luces, utilizando más luz azul durante la etapa vegetativa y más luz roja durante la etapa de floración.
Además, algunos cultivadores aumentan suavemente las frecuencias de luz UV durante la floración para impulsar la producción de resina.
Sin embargo, este método debe utilizarse con precaución, ya que la luz UVB es muy fuerte y puede quemar las plantas si es demasiado intensa.
Finalmente, otra técnica de estrés lumínico beneficioso es privar a las plantas de luz durante el final de la floración.
Al dejar el cultivo en oscuridad total durante 24-48 horas antes de la cosecha, se puede estimular la producción de tricomas justo antes de cortar los cogollos.
Temperatura y humedad: aliados y adversarios en el cultivo de marihuana
La temperatura y la humedad son dos factores ambientales que pueden influir significativamente en el crecimiento y desarrollo de las plantas de marihuana. Un manejo adecuado de estos elementos puede ser la diferencia entre un cultivo exitoso y uno fallido.
Las plantas de marihuana, como cualquier otra planta, tienen rangos de temperatura y humedad específicos en los que prosperan. Para las plántulas, una temperatura de 20-25°C y una humedad relativa del 65-70% son ideales. Durante la fase vegetativa, las plantas prefieren temperaturas de 22-28°C y una humedad relativa del 40-70%. En la etapa de floración, las condiciones óptimas son 20-26°C y 40-50% de humedad relativa.
Durante las horas de oscuridad, es beneficioso reducir la temperatura en 5-10°C. Esto promueve la respiración de las plantas, la absorción de nutrientes y agua, y un crecimiento vegetativo fuerte.
Sin embargo, las temperaturas extremas, ya sean altas o bajas, pueden causar estrés en las plantas. El estrés por frío puede hacer que las plantas se doblen y marchiten, mientras que el estrés por calor puede hacer que las hojas se sequen y se vuelvan amarillas. Ambos tipos de estrés afectan la capacidad de la planta para absorber nutrientes y agua.
El estrés por temperatura no siempre es perjudicial. En algunos casos, puede ser beneficioso para las plantas. Por ejemplo, si se utilizan suplementos de CO₂, se puede aumentar la temperatura para fomentar la fotosíntesis y el crecimiento.
Algunos cultivadores experimentados también utilizan el estrés por frío para aumentar la producción de tricomas y terpenos en las últimas semanas de floración. Esto se logra reduciendo la temperatura de manera controlada dos semanas antes de la cosecha.
La humedad también juega un papel crucial en el cultivo de marihuana. Una humedad relativa demasiado alta puede fomentar el crecimiento de moho y otras plagas, mientras que una humedad demasiado baja puede hacer que las plantas se sequen.
Para mantener un nivel de humedad adecuado, es útil utilizar un higrómetro. Este dispositivo mide la humedad relativa del aire y puede ayudarte a ajustar las condiciones de tu cuarto de cultivo.
Recuerda que cada variedad de marihuana puede tener requisitos ligeramente diferentes de temperatura y humedad. Por lo tanto, es importante investigar y entender las necesidades específicas de la variedad que estás cultivando.
La temperatura y la humedad son dos factores que pueden ser tanto aliados como adversarios en el cultivo de marihuana. Un manejo adecuado de estos elementos puede ayudarte a maximizar el crecimiento y la producción de tus plantas.
Estrés por nutrientes o fertilizantes: perjudicial
El equilibrio nutricional en las plantas de marihuana es un aspecto crítico para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, la administración de nutrientes puede convertirse en un desafío, especialmente para los cultivadores novatos. Un error común es la sobrefertilización, que puede causar un estrés perjudicial en las plantas, conocido como "quema de nutrientes".
La quema de nutrientes ocurre cuando las plantas de marihuana reciben una cantidad excesiva de fertilizantes, lo que resulta en una acumulación de químicos en el suelo. Este fenómeno puede dañar las raíces de las plantas e interrumpir su capacidad para absorber agua y nutrientes de manera eficiente.
Para prevenir la quema de nutrientes, aquí te dejamos algunos consejos útiles
Opta por fertilizantes orgánicos: Los fertilizantes orgánicos son menos propensos a causar quemaduras de nutrientes ya que se descomponen y se absorben más lentamente que los fertilizantes químicos. Además, estos fertilizantes mejoran la salud del suelo y promueven un crecimiento saludable de las plantas.
Sigue un programa de fertilización: Un programa de fertilización te ayudará a administrar los nutrientes de manera eficiente. Recuerda, no siempre ""más es mejor"". Proporcionar a las plantas más nutrientes de los que pueden absorber puede ser contraproducente.
Observa tus plantas: Las plantas de marihuana te darán señales si están recibiendo demasiados nutrientes. Si notas que las hojas se están volviendo amarillas o marrones, o si las puntas de las hojas parecen quemadas, es posible que tus plantas estén experimentando una quema de nutrientes.
Realiza un lavado de raíces: Si sospechas que tus plantas están sufriendo de una quema de nutrientes, puedes realizar un lavado de raíces. Este proceso implica regar las plantas con agua pura para eliminar el exceso de nutrientes del suelo.
La administración de nutrientes es un aspecto crucial en el cultivo de marihuana. Un manejo adecuado de los fertilizantes puede ayudarte a prevenir el estrés perjudicial en tus plantas y a maximizar su crecimiento y producción.
Estrés por pH: perjudicial
El pH, que mide la acidez o alcalinidad de un medio, juega un papel crucial en el crecimiento y desarrollo de las plantas de marihuana. Un nivel de pH incorrecto puede causar estrés en las plantas, afectando su capacidad para absorber nutrientes y, en última instancia, su salud y productividad.
Entendiendo el pH: El pH se mide en una escala de 0 a 14, donde 7 es neutral. Un pH por debajo de 7 indica acidez, mientras que un pH por encima de 7 indica alcalinidad. Las plantas de marihuana prefieren un pH ligeramente ácido, generalmente entre 6 y 7 para las plantas cultivadas en suelo.
Importancia del pH correcto: Un pH adecuado es esencial para la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Cuando el pH es demasiado alto o demasiado bajo, los nutrientes se bloquean y las plantas no pueden absorberlos, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales y estrés en las plantas.
Manejo del pH en el cultivo de marihuana: Es importante medir y ajustar regularmente el pH del suelo o la solución de nutrientes en los sistemas de cultivo hidropónico. Para las plantas cultivadas en suelo, el pH ideal es entre 6 y 7, mientras que para las plantas en hidroponía, el pH ideal es ligeramente más bajo, entre 5,5 y 6,5.
Prevención del estrés por pH: Para prevenir el estrés por pH, es recomendable utilizar un medidor de pH para monitorear regularmente el pH del suelo o la solución de nutrientes. Si el pH se desvía del rango ideal, se pueden utilizar soluciones de pH para ajustarlo.
Consejos para el manejo del pH: Si estás cultivando en suelo, es útil añadir cal para aumentar el pH o azufre para disminuirlo. En hidroponía, se pueden utilizar soluciones de pH para ajustar el pH de la solución de nutrientes.
En resumen, el manejo adecuado del pH es esencial para el cultivo exitoso de marihuana. Un pH incorrecto puede causar estrés en las plantas y afectar su crecimiento y producción. Al entender el pH y cómo manejarlo, puedes ayudar a tus plantas a prosperar y producir al máximo.
Dañar el tejido: beneficioso y perjudicial
El daño al tejido en las plantas de marihuana puede ser una espada de doble filo. Si se maneja correctamente, puede ser una herramienta útil para mejorar el crecimiento y la producción de la planta. Sin embargo, si se maneja incorrectamente, puede causar estrés innecesario y dañar la salud y la productividad de la planta.
Estrés perjudicial
El daño al tejido puede ser perjudicial para las plantas de marihuana si se produce de manera incontrolada o accidental. Por ejemplo, las fuertes ráfagas de viento pueden romper las ramas de las plantas, especialmente si están cultivadas en exteriores.
Del mismo modo, el manejo brusco de las plantas durante el riego o el trasplante puede causar daños físicos.
Cuando se produce un daño al tejido, la planta debe desviar energía de otros procesos vitales para reparar el tejido dañado y fortalecer sus defensas contra posibles infecciones. Esto puede retrasar el crecimiento de la planta y reducir su productividad.
Estrés beneficioso
Por otro lado, el daño controlado al tejido puede ser beneficioso para las plantas de marihuana. Algunos cultivadores utilizan técnicas de entrenamiento de estrés para mejorar el crecimiento y la producción de sus plantas. Estas técnicas incluyen:
Entrenamiento de bajo estrés (LST): Esta técnica implica doblar y atar las ramas de la planta para fomentar un crecimiento más horizontal. Esto puede mejorar la exposición de la planta a la luz y aumentar la producción de cogollos.
Defoliación: La eliminación de las hojas de abanico puede mejorar la distribución de los nutrientes en la planta y aumentar la exposición de los cogollos a la luz. Esto puede resultar en una mayor producción de cogollos y una mayor calidad de los mismos.
Poda apical, FIM, super cropping, lollipopping: Estas técnicas de entrenamiento de alto estrés implican dañar físicamente la planta para estimular su crecimiento y producción. Por ejemplo, la poda apical implica cortar la punta de la planta para fomentar el crecimiento de múltiples colas principales.
Es importante recordar que el momento del daño al tejido es crucial. La mayoría de las técnicas de entrenamiento de estrés se deben realizar durante la fase vegetativa de la planta para evitar interrumpir la producción de flores durante la fase de floración. Además, un estrés excesivo durante la fase de floración puede causar hermafroditismo en las plantas de marihuana.
Reflexión sobre el estrés en las plantas de marihuana
Las plantas de marihuana son seres vivos asombrosamente resilientes. Son capaces de adaptarse a diversas condiciones y superar obstáculos para sobrevivir y prosperar. Sin embargo, al igual que cualquier otro ser vivo, también pueden experimentar estrés. Este estrés puede ser tanto un aliado como un enemigo, dependiendo de cómo se maneje.
Estrés controlado: Algunas formas de estrés pueden ser beneficiosas para las plantas de marihuana. Por ejemplo, ciertas técnicas de entrenamiento, como la poda y el entrenamiento de bajo estrés (LST), pueden estimular a las plantas a crecer más fuertes y producir flores más grandes y resinosas. Sin embargo, estas técnicas deben aplicarse con cuidado para evitar dañar la planta.
Estrés perjudicial: Por otro lado, el estrés excesivo o no controlado puede ser perjudicial para las plantas de marihuana. Esto puede incluir factores como el riego excesivo, la sobrefertilización, las temperaturas extremas y el manejo brusco de las plantas. Estos factores pueden causar daño a las plantas y disminuir su rendimiento y calidad.
Manejo del estrés: Es importante aprender a manejar el estrés en las plantas de marihuana. Esto implica entender las necesidades y límites de las plantas, y saber cuándo y cómo aplicar técnicas de estrés beneficiosas. También implica estar atento a las señales de estrés perjudicial y tomar medidas para aliviarlo.
Prevención del estrés: La prevención es la mejor forma de manejar el estrés en las plantas de marihuana. Esto puede implicar proporcionar a las plantas las condiciones de crecimiento óptimas, seguir un programa de riego y fertilización adecuado, y manejar las plantas con cuidado para evitar daños físicos.
Resiliencia de las plantas: A pesar de los desafíos que pueden enfrentar, las plantas de marihuana son increíblemente resilientes. Con el cuidado y manejo adecuados, pueden superar el estrés y prosperar.
En conclusión, el estrés puede ser tanto un aliado como un enemigo en el cultivo de marihuana. Un manejo adecuado del estrés puede ayudar a maximizar el crecimiento y la producción de las plantas, mientras que un manejo inadecuado puede causar daño y disminuir la calidad de la cosecha. Por lo tanto, es esencial aprender a manejar y prevenir el estrés en las plantas de marihuana.
CEO de Eurogrow. Su fascinación por el cannabis y el CBD comenzó en 2001, al mismo tiempo que descubría el mundo de internet y las páginas web. Con una metodología basada en el aprendizaje, el ensayo y error, y un incansable esfuerzo, fundó EUROGROW en 2013, fusionando su amor por la marihuana y el CBD con su pasión por el mundo digital.
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